Cultivando Ficus

1. GENERALIDADES

El género Ficus pertenece a la familia de las Moråceas y procede de zonas tropicales y subtropicales de Europa, Asia, África y el Pacífico.

Las plantas pertenecientes a este género se adaptan muy bien al clima mediterråneo. Se encuentran entre las mås empleadas en la horticultura ornamental, ocupando el primer lugar en las ventas, debido probablemente a su adaptabilidad y facilidad de cultivo. Ademås, presentan un gran valor decorativo por sus hojas y la forma general de la planta que las hace aptas tanto tanto para jardines como para interiores.

En general se caracterizan por la presencia de lĂĄtex en los vasos conductores y el desarrollo de un potente sistema radicular.

Existen gran nĂșmero de especies comercializadas y, gracias a la puesta a punto de las tĂ©cnicas de propagaciĂłn «in vitro» para muchas de ellas, la renovaciĂłn de variedades es casi constante. Una agrupaciĂłn de las especies y las variedades puede ser la siguiente (JimĂ©nez y Caballero, 1990):

1. Plantas de tronco muy lignificado, hojas grandes y aspecto arbĂłreo. En este grupo se incluyen especies que son ĂĄrboles en la naturaleza. Entre ellas destacan:

 F. elåstica: es la especie mås conocida. Presenta hojas ovales, de color verde oscuro, brillante y con la vena central mås clara por el haz y algo rojiza por el envés. A partir del tipo original se han desarrollado nuevas variedades: «Decora» y «Robusta», de color verde, «Rubra» de color morado, «Schryvereana», «Doescheri» y «Belgaplant», de hojas variegadas, etc.

– F. lyrata: de hojas anchas con bordes lobulados, de color verde oscuro y con marcadas nerviaciones amarillentas. Ha recobrado interĂ©s con la propagaciĂłn «in vitro».

– F. cyathistipula: de hojas oblongas, coriĂĄceas, con buena ramificaciĂłn y numerosos frutos.

– F. benghalensis: conocida vulgarmente por el nombre de «higuera de Bengala». Presenta un aspecto muy llamativo debido a las numerosas ramificaciones.

– F. altissima y F. religiosa: son especies de jardĂ­n, ocasionalmente cultivadas en interiores.

2. Plantas con aspecto mås arbustivo y hojas intermedias o pequeñas. En este grupo se encuentran:

 F. benjamina (F. nitida): es la especie de mayor importancia económica y presenta ramas delgadas e inclinadas de las que parten hojas puntiagudas, de color verde intenso en la planta original. Actualmente la gama de variedades es muy extensa y destacan: «Golden King», «Golden Princess», «Exotica», «Starlight», «Nana», etc.

– F. deltoidea: con hojas mĂĄs pequeñas y redondeadas.

– F. stricta, F. buxifolia, F. retusa, F. leprieurii (F. triangularis), F. aspera (F. parcelli), F. rubiginosa y F. celebensis, tambiĂ©n se cultivan ocasionalmente

3. Plantas trepadoras o colgantes: F. pumila, de porte trepador, con hojas pequeñas que aumentan de tamaño cuando estån a pleno sol y F. sagittata (F. radicans), con largas hojas variegadas en algunas formas.

Desarrollo: la mayor parte de los ejemplares se venden cuando miden unos 46 cm y presentan entre 5 y 8 hojas. También se pueden obtener plantas de 1 m de altura, mås maduras. Algunas especies pueden alcanzar varios metros de altura en interior. F. elastica y F. benghalensis bajo condiciones favorables pueden llegar a crecer entre 60 cm y 1 m al año; F. lyrata y los tipos variegados, alrededor de 30 cm.
Longevidad: se trata de plantas que bien cuidadas pueden llegar a ser muy longevas.
Época de floración: sólo florecen las plantas viejas y el fruto es similar a un higo.

2. MULTIPLICACION 

Aunque los ficus pueden propagarse por semillas, éste método no es el mås apropiado, debido a la escasa duración del poder germinativo y a que las plantas así obtenidas presentan las primeras hojas mucho mås pequeñas de lo normal, disminuyendo así su valor comercial. Desde el punto de vista comercial, se llevan a cabo tres métodos de reproducción en ficus:

1. Mediante esquejes.

– Para las especies de los grupos 2 y 3 el mĂ©todo mĂĄs empleado es la propagaciĂłn por esquejes terminales de 3-4 hojas, con calor de fondo (25-30 ÂșC), una buena ventilaciĂłn, alta luminosidad y niebla, o bien bajo tĂșnel. Estos esquejes son los que normalmente se desarrollan mĂĄs rĂĄpidamente y dan plantas mĂĄs perfectas.
– En caso de no disponer de suficiente material vegetal se puede recurrir a la multiplicaciĂłn por esquejes de tallo con una hoja y yema: el corto debe realizarse de forma que quede un entrenudo completo, eliminando la hoja inferior y dejando solamente la superior, que se enrollarĂĄ sujetĂĄndola con una gomita o algo similar con objeto de disminuir la evapotranspiraciĂłn. En F. elastica a veces se emplea este mĂ©todo, sobre todo en los tipos de hojas variegadas. Los esquejes se introducen verticalmente en un recipiente con agua y se mantienen asĂ­ una o dos horas para eliminar y secar el lĂĄtex (savia). Conviene despuntar las plantas madre e incluso aplicar citoquininas para inducir los brotes axilares.

El mejor sustrato para la colocaciĂłn de los esquejes en bandejas es la arena estĂ©ril, ya que posteriormente facilita el repicado sin que las raĂ­ces sufran daño. TambiĂ©n pueden enraizarse directamente en las macetas de cultivo, como se hace frecuentemente con los tipos trepadores y colgantes: se colocan en cada una varios esquejes de 2-3 nudos con hojas y, una vez enraizados bajo tĂșnel o niebla, se disponen en mesas o en pasillos como colgantes.
La Ă©poca mĂĄs apropiada para la reproducciĂłn por esquejes es desde diciembre a marzo, ya que permite aprovechar al mĂĄximo el perĂ­odo de mayor luminosidad, pero con calor de fondo.

La capacidad y la velocidad de enraizamiento van a estar condicionadas principalmente por: el estado nutritivo y sanitario de la planta madre, el estado de endurecimiento de los tallos y si estån o no en crecimiento activo. La fertilización de la planta madre debe mantenerse constante y con un equilibrio ligeramente favorable al potasio. Generalmente, el enraizamiento se produce a las 4 ó 5 semanas para la mayoría de las especies. También puede recurrirse a la aplicación de hormonas que favorezcan este proceso.

2. Mediante acodo aéreo.

El acodo aéreo se realiza practicando una incisión anular en el tallo, que puede envolverse con turba neutralizada, con abono y humedad suficientes, y todo ello con una låmina de polietileno para evitar la pérdida de agua. Hay que procurar la aclimatación de los acodos cuando se van a separar de la planta madre, cuidando que no se produzcan cambios bruscos de luminosidad; si deben viajar inmediatamente después de ser cortados, la aplicación de benzil-adenina puede resultar beneficiosa, debiendo ensayar esta pråctica para cada caso en concreto con concentraciones comprendidas entre 2 y 5 ppm.

3. Propagación «in vitro».

Las plantas obtenidas por este método suelen ser mås compactas y ramifican desde abajo con mås facilidad. Los esquejes terminales de las plantas madre obtenidas por propagación «in vitro» suelen enraizar con mayor facilidad. Esta técnica se ha puesto a punto para varias especies: F. benjamina, F. lyrata, F. elastica, F. rubiginosa, etc.

3. CULTIVO

Temperatura: mantener la temperatura constante (18-20 ÂșC); los cambios bruscos le son perjudiciales.

Humedad relativa: condiciones medias (75-80 %).

Luz: por lo general precisan buena iluminaciĂłn, aunque no les gusta la radiciaciĂłn solar directa; en lugares frĂ­os puede estar sometido a la luz solar todo el dĂ­a (lo agradece). AsĂ­, segĂșn la especie, la luz necesaria puede variar entre 20.000 lux para F. pumila y 50.000-70.000 lux para F. elastica y F. rubiginosa, aunque lo normal son niveles de 25.000-35.000 lux (excepto trepadoras y colgantes). En F. benjamina una iluminaciĂłn excesivamente baja provoca la defoliaciĂłn de las partes bajas.

Sustrato: en general, debe ser suelto y contener bastante turba y gran cantidad de materia orgĂĄnica; debe neutralizarse con calcio. SegĂșn JimĂ©nez y Badia (1973), un sustrato adecuado estarĂ­a formado por: 3 partes de turba, 2 partes de tierra vegetal y una parte de arena, añadiendo el siguiente abono a razĂłn de 1 g por litro de mezcla (2 g para plantas de tamaño considerable):

  • Nitrato amĂłnico: 30 g.
  • Superfosfato de cal: 35 g.
  • Sulfato potĂĄsico: 30 g.
  • Carbonato de magnesio: 5 g.

SegĂșn la tierra se añadirĂĄ carbonato cĂĄlcico hasta alcanzar un pH de 6 a 7.

Aclimatación: debe realizarse de forma previa a la venta, sometiendo a la planta durante 4-6 semanas a menos de 15.000 lux. Para F. lyrata y F. elastica se pueden emplear reguladores del crecimiento (ancimidol y paclobutrazol) para retardarlo y obtener plantas mås compactas y mejorar la adaptabilidad de otras a interiores, como F. benjamina.

Riego: les perjudica el exceso de agua, dando lugar a la caída de las hojas inferiores, por lo que son convenientes los riegos escasos. Al principio, hasta que las plantas estén prendidas en su nuevo medio, se debe regar poco. En verano los riegos deben ser abundantes.
Tras la compra, lo mejor para regar es situar la maceta encima de un platillo con agua para que la planta vaya cogiendo el agua por abajo.

Fertilización: son plantas muy exigentes en abono y especialmente en calcio. También hay que vigilar las carencias de boro y manganeso. Le va bien un abonado constante con un equilibrio 2:1:3 ó 1:1:1, a razón de 200-250 ppm. Durante el período de crecimiento se debe abonar cada 15 días con abono completo en riego.

Contenedor: para trepadoras suelen ser de 10 cm de diåmetro; los grandes ejemplares suelen colocarse directamente en el suelo. Cuando se colocan los contenedores sobre el suelo es conveniente la utilización de mallas «anti-raíces» para evitar que éstas anclen en aquél.

4. PLAGAS, ENFERMEDADES Y FISIOPATIAS

El ficus es una planta bastante resistente a plagas y enfermedades aunque puede ser atacado por la araña roja y los pulgones. En F. elastica y F. lyrata, los ataques de cochinilla son frecuentes en épocas secas y cålidas.

Los ataques de trips se producen sobre todo en F. benjamina, F. retusa y F. elastica.

Dentro de las enfermedades destacan las manchas foliares causadas por los hongos de los gĂ©neros Cercospora, Gloesporium y Corynespora, y los ataques de hongos de raĂ­z, estos Ășltimos especialmente con frĂ­o y sustratos encharcados.

El nemåtodo foliar Aphelenchoides besseyi puede ser combatido en F. elastica con oxamilo ó aldicarb en riego.Los nemåtodos de raíz pueden ocasionar daños a F. benjamina.

A la hora de realizar los tratamientos fitosanitarios, hay que tener en cuenta que algunas materias activas resultan fitotĂłxicas, como por ejemplo: aceites minerales, dimetoato, malation, metil-azinfos, paration y propoxur.

Con respecto a las fisiopatías mås frecuentes, destacan las manchas foliares ocasionadas por desequilibrios hídricos, que en F. elåstica se conocen como «edema». También sufren mucho con los excesos de humedad en el sustrato, sobre todo cuando las temperaturas son bajas, así como con la incidencia directa de la radiación solar.

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