El cultivo de la sandía

sandia-mini-sin-pepitas

LA SANDIA (Citrullus Lanatus)

Conocida también como melón de agua, aguamelón, patilla o paitilla, es una planta de la familia Cucurbitaceae, tiene su origen en Africa aunque tiene una gran presencia y difusión en Asia. Dentro de la misma familia podemos encontrar cultivos como la calabaza, el calabacín, el pepinillo o la esponja vegetal. Los pobladores de zonas semiáridas han usado su fruta como fuente de agua durante miles de años.

Es una planta dicotiledónea, herbácea y anual. No tolera períodos prolongados de temperaturas frías ni heladas. En condiciones de clima cálido y seco la sandia se ve favorecida en cuanto a calidad y niveles de azúcar. Si la humedad es muy alta la planta se puede ver afectada por enfermedades foliares. En periodo de aumento de tamaño de la fruta, si esta sufre falta de agua puede provocar un desorden fisiológico conocido como pudrición del extremo distal debido a una deficiencia de calcio en las células de la punta de la fruta.

Es una planta rastrera o algo trepadora, sus ramas son vigorosas y abundantes, con tallos cilíndricos o aristados y cubierto de pelos suaves o hirsutos, según la variedad. El sistema radicular es disperso y profundo. Tiene ramificaciones profundas al igual que la calabaza y otros melones.

Las hojas tienen tres o cuatro pares de lóbulos de forma dentada. La misma planta tiene flores masculinas y femeninas, estas flores son de color amarillo y aparecen solitarias en las axilas de las hojas. Una polinización pobre o inadecuada puede provocar frutos deformes.

La fruta puede ser de forma globular, oblonga o cilíndrica, con una superficie lisa de color verde uniforme o con manchas de diferentes tonos. La pulpa es dulce, de color mayormente roja o amarilla.

Suelo:

El suelo propicio para la siembra de sandía deberá ser profundo, suelto y de buen drenaje; que sea arcilloso con pH entre 5.5 y 6.8. Valores de pH más bajos de 5.5 pueden provocar que se manifieste toxicidad de algunos elementos o deficiencias de otros.

Siembra:

La siembra se suele realizar entre enero y mayo. Es un cultivo esencialmente de primavera y verano.

Es un cultivo que se propaga por semilla, generalmente la siembra se hace directa al campo. En algunas ocasiones se recomienda sembrar en semilleros y luego trasplantar. Es aconsejable utilizar semillas de alta calidad.

Abonado:

Se recomienda realizar un análisis del suelo antes de comenzar a abonar. Para obtener una buena producción se debe establecer un programa de abonado basado en los requisitos nutricionales del cultivo, los resultados de los análisis de suelo y el tipo de suelo.

Niveles bajos de magnesio o altas relaciones del complejo potasio-calcio versus magnesio pueden provocar la caída de hojas. Estos síntomas pueden confundirse con problemas de enfermedades. Además la deficiencia de calcio puede provocar la pudrición de la parte distal de la fruta.

Además de los elementos mayores, la sandía requiere micronutrientes que pueden estar deficientes en algunos suelos. La planta de sandia que esté creciendo en suelo arenoso puede desarrollar deficiencia en cobre, lo que puede a su vez reducir el rendimiento del cultivo. Los síntomas pueden ser el rizado de las hoyas y la muerte regresiva de las hojas más jóvenes.

Insectos más comunes en el cultivo de la sandía:

  • Araña roja
  •  Mosca blanca
  • Pulgón
  • Trips
  • Minadores de hoja
  • Orugas

Plagas de        suelo:

  •  Gallina Ciega
  •  Gusano cortador

Nemátodos Enfermedades:

  •   Ceniza u oidio de las cucurbitáceas

          Enfermedades vasculares:

  •  Chancro gomoso del tallo
  • Antracnosis
  • Mildiu
  • Fusarosis
  • Pudrición negra

Bibliografía:

– Wikipedia

– EEA/UPR (2000) CONJUNTO TECNOLOGICO PARA LA PRODUCCION DE SANDIA

2 comentarios en “El cultivo de la sandía”

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Scroll al inicio